Carne y Salud: ¿”Carne” sintética? ¿Qué interrogantes técnicos, científicos y de salud plantea?

La mal llamada “carne” sintética o de laboratorio se está queriendo presentar como una alternativa a la carne real, prometiendo revolucionar la industria aludiendo a un supuesto bajo impacto medioambiental. Es un producto que únicamente se encuentra en fase de desarrollo y que plantea todos los interrogantes en ámbitos técnicos y científicos. 

La llamada “carne” sintética o cultivada, es un producto que se crea en laboratorios a partir de células madre extraídas de músculos de animales (de vaca, pollo o cerdo, por ejemplo) junto con otros elementos como suero fetal bovino1.

 

Estamos hablando de un producto de laboratorio, con un precio desorbitado y que frente a la imagen que se quiere transmitir, no  está exento de elementos de origen animal ni de impacto medioambiental y plantea dudas sobre su seguridad y efectos para la salud.

 

En 2013 se presentó la primera hamburguesa producida en un laboratorio, en un multitudinario acontecimiento de marketing en Londres. Para su obtención, los científicos tomaron células madre del tejido muscular de la vaca, que cultivaron promoviendo su crecimiento para hacer un producto con forma de “hamburguesa”. Este producto sintético había tardado dos años en producirse y costó unos 250.000 euros (por unidad)2. En 2016 una compañía norteamericana produjo este producto sintético por un precio de 1.800 euros.

Por lo tanto, estamos hablando de un producto de laboratorio, con un precio desorbitado y que frente a la imagen que se quiere transmitir, no  está exento de elementos de origen animal ni de impacto medioambiental y plantea dudas sobre su seguridad y efectos para la salud.

¿Cómo se fabrica la carne sintética?

Este producto se consigue a partir de células madre musculares extraídas de animales. Estas células se multiplican en un laboratorio, colocándolas en un medio de cultivo que ha de contener ciertos elementos necesarios para su crecimiento, consiguiendo así que las células se multipliquen.

Estos elementos, además de otros nutrientes son principalmente3:

  • Suero fetal bovino
  • Mioglobina
  • Vitaminas
  • Aminoácidos
  • Grasa y tejido conectivo

Estas células musculares en su medio de cultivo se colocan en un disco de crecimiento para que tomen la forma deseada. Las células necesitan adherirse a algo para crecer, por lo que no solo es suficiente con las paredes del recipiente en el que crezcan, sino que también hay que colocar “andamios” para que las células crezcan y formen una estructura que recuerde a la carne. El material del que estén hechos estos andamios también formará parte del producto final, como puede ser almidón, pectinas u otros. Para conseguir el tono de un músculo real, se le somete a una estimulación eléctrica3.

Esta tecnología tiene que afrontar temas como el desarrollo de líneas celulares, selección de nutrientes que alimenten esas células y en su caso biorreactores para la producción a gran escala.

Impacto medioambiental de este producto sintético

Los defensores de este producto indican que una de sus principales ventajas es que tiene un impacto medioambiental menor que la carne; no obstante, hasta que se establezcan los métodos de producción comercial y los productos finales, estas afirmaciones positivas sobre los impactos en el medio ambiente, el bienestar de los animales y la salud humana seguirán sin fundamento, según indica el informe oficial recientemente publicado por el U.S. Government Accountability Office (GAO) del gobierno norteamericano3.

Estudios recientes evalúan el impacto medioambiental de la “carne” sintética, y demuestran que su producción tiene un impacto medioambiental igual o incluso mayor que la producción ganadera. 

Estos estudios sitúan a la carne sintética como más contaminante que la producción de pollo y la carne de cerdo4,5 . Y, por ejemplo, un estudio muy reciente de la Universidad de Oxford (Reino Unido, 2019) en el que se analizó el impacto de gases de efecto invernadero y su persistencia en la atmósfera a largo plazo tanto de carne de vacuno como de este producto sintético, demuestra que la producción de “carne” sintética es más emisora de estos gases4.

 

Estudios recientes evalúan el impacto medioambiental de la “carne” sintética, y demuestran que su producción tiene un impacto medioambiental igual o incluso mayor que la producción ganadera. 

 

Como es conocido, el sistema ganadero tiene principalmente emisiones de metano, mientras que las emisiones que genera la llamada carne sintética son casi en su totalidad CO2 debido a la generación de energía. A largo plazo, la producción ganadera causa menos calentamiento global que estos productos sintéticos ya que las emisiones de metano no se acumulan en la atmosfera, a diferencia del CO2. El metano tiene una vida útil de tan solo 12 años, a diferencia de la persistencia milenaria en la atmósfera del CO24.

 

La incógnita sobre la inocuidad y seguridad del producto

Otra importante incógnita que se plantea es su seguridad e inocuidad una vez ingerido y digerido, la repercusión en el organismo humano, sobre todo a medio y largo plazo, ante la ingesta de un producto basado en la multiplicación celular acelerada.

¿Cómo va a interactuar con nuestras células este tejido cultivado que parte de células madre pluripotentes con capacidad tumoral?

Manuel Collado, un científico especialista en este campo e investigador del laboratorio de Células Madre en Cáncer y Envejecimiento del Hospital Clínico de Santiago, cuestionó hace ya tiempo su seguridad alimentaria: “hay que tener en cuenta que se trata de ingerir tejido vacuno que parte de células vivas pluripotenciales con capacidad tumoral y mantenidas con factores de crecimiento y agentes con capacidades no testadas para su consumo6”.

 

¿Cómo va a interactuar con nuestras células este tejido cultivado que parte de células madre pluripotentes con capacidad tumoral?

 

Existen preocupaciones sobre el uso de ciertos tipos de células, como las células madre embrionarias no humanas. Estas células tienen un potencial regenerativo ilimitado, pudiendo acumular mutaciones genéticas con el tiempo, según el estudio publicado hace unos meses por el Nuffield Council on Bioethics7.

Además, el potencial de contaminación y crecimiento bacteriano en diferentes etapas del proceso de cultivo podría traer consigo riesgos para la salud del consumidor, al igual que la adición de factores de crecimiento y aditivos7.

Ese organismo de ética alimentaria ha resaltado la necesidad de investigación para evaluar los riesgos de la salud asociados con la carne cultivada7.

 


Cuestiones establecidas sobre la producción de la carne de cultivo

La tecnología que se utilizaría para producir carne sintética a escala comercial todavía se encuentra en fase de desarrollo y aún no se conoce la información sobre los métodos que utilizarán para la producción comercial y la composición del producto final3.

Los expertos de la FDA y el USDA (la Agencia de Alimentación y Medicamentos y el Departamento de Agricultura de EEUU) indican en el informe del GAO citado anteriormente que se dispone de información limitada sobre los productos y métodos de producción de la carne sintética y pone de manifiesto todas las dudas sobre estos productos3:

Se desconoce la información específica sobre la tecnología utilizada, la composición exacta de los alimentos finales y los sistemas de producción a gran escala.

  • ¿Con qué frecuencia estas empresas necesitarán recoger muestras a partir de biopsias realizadas a los animales y de qué animales se recogerán?
  • ¿En los métodos de producción comercial, está involucrada la tecnología de la ingeniería genética?
  • ¿Se utilizarán antibióticos en esta producción celular y se detectarán residuos de los fármacos en el producto final? Se indica que se utilizarían al menos en la fase de almacenamiento celular.
  • ¿Qué medio se utiliza para el crecimiento celular y cómo podría afectar al producto final?
  • También se pregunta acerca de los andamios (soportes o estructuras temporales, donde las células pueden crecer y formar tejidos).
  • ¿Cómo se plantea la producción comercial a gran escala? Estas empresas necesitan biorreactores de mayor tamaño de lo que están actualmente disponibles, lo que obligaría al desarrollo de nuevos sistemas de los que no se ha facilitado información y que deberán estar sujetos a una regulación.
  • Los riesgos de seguridad en los métodos de producción comercial, componentes y residuos generados.
    •  ¿Cuál será la composición de los productos finales? Sin ello es imposible predecir qué requisitos de seguridad alimentaria y etiquetado se aplicarían en su caso.
    • ¿Cómo impactará la carne cultivada en células el medio ambiente, el bienestar animal o la salud humana? El informe señala que hasta que se establezcan métodos de producción comercial y los productos finales, las afirmaciones positivas sobre los impactos sobre el medio ambiente, el bienestar de los animales y la salud humana hechas por las empresas interesadas, no tienen fundamento3.

 


Aceptación del consumidor

Otro de los componentes clave es la opinión del consumidor sobre este tipo de producto. En los últimos años se han llevado a cabo varios estudios para evaluar la aceptación de esta “carne” por parte de los consumidores. Los resultados muestran cómo el factor cultural es un parámetro importante en la aceptación de este producto8, pero en todo caso la razón principal recogida para la reticencia a su consumo es la percepción de este producto como algo “no natural”, precisamente en un momento en el que las tendencias de consumo y las demandas de la población van en la dirección contraria.

La apariencia y el sabor de estos productos son más determinantes que la sostenibilidad, por ejemplo, teniendo una mayor importancia a la hora de consumir el producto de una manera regular. En las encuestas se ha expresado preocupación por la asequibilidad, el sabor, la seguridad y los riesgos para la salud personal de la carne cultivada7.

 

Unos productos que no están autorizados en la Unión Europea

Asimismo, hay que resaltar que a día de hoy este tipo de productos no están autorizados en el marco regulatorio de la Unión Europea y existen todos los interrogantes sobre su aceptación. Tampoco está aprobado en Estados Unidos, donde debería ser autorizado por la FDA y el USDA, los equivalentes norteamericanos a la Agencia de Seguridad Alimentaria y el Ministerio de Agricultura).

 

 

Dentro de los elementos de la “carne” cultivada que pueden requerir regulación, se encuentran: el abastecimiento celular, la seguridad de la ingestión de nuevos materiales, los protocolos para prevenir y monitorizar la contaminación, los requisitos para el manejo de desechos y la certificación e inspección de las instalaciones de producción7.

Y todo ello, a pesar de los ingentes recursos y acciones de presión que están llevando a cabo los potentes grupos inversores y empresariales que están promoviendo su desarrollo y los lobbies anticárnicos en Estados Unidos y Europa para cambiar la normativa y conseguir su aprobación.

En definitiva, esta iniciativa tecnológica no resuelve en realidad ninguno de los problemas que dice afrontar: ni el impacto medioambiental, ni el empleo de recursos animales, ni las ventajas nutricionales, ni la aceptación del consumidor y la disponibilidad asequible y, sobre todo, plantea importantes dudas sobre su idoneidad, seguridad y efectos sobre el organismo. Y además es un producto no autorizado para su comercialización.

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1. Warner RD. Review: Analysis of the process and drivers for cellular meat production. Animal. 2019 Dec;13(12):3041-3058.
2. BBC. (2013). World’s first lab-grown burger is eaten in London. Disponible en: http://www.bbc.co.uk/news/science-environment-23576143
3. GAO. U.S. Government Accountability Office (2020) FDA and USA Could Strengthen Existing Efforts to Prepare for Oversight of Cell-Cultured Meat.
4.  Lynch J, Pierrehumbert R. Climate impacts of cultured meat and beef cattle. Front Sustain Food Syst. 2019;3:5. doi:10.3389/fsufs.2019.00005
5. Van der Weele, C., Feindt, P., van der Goot, A. J., van Mierlo, B., & van Boekel, M. (June 2019). Meat alternatives: An integrative comparison. Trends in Food Science & Technology, 88, 505–512.
6. Hamburguesa sintética hecha con carne artificial. QUO. Septiembre 2013. {Acceso el 09 de Junio de 2020}. Disponible en: https://www.quo.es/salud/a38506/hamburguesa-sintetica-hecha-con-carne-artificial/
7.  Nuffield Council on Bioethics (2019). Meat Alternatives.
8. Bryant C, Barnett J. Consumer acceptance of cultured meat: A systematic review. Meat Sci. 2018 Sep;143:817.

 

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